Tráctel, el winch de los pobres
Tengo una máxima: “Quién no se atasca, es que no va al campo”. Si me preguntaran cuántos atascos he tenido en mi vida, necesitaría un blog sólo para ese tema. Donde hay barro, nieve, zanjas… tarde o temprano terminas con el coche sin tracción. En estos casos, lo normal, es recurrir al vehículo de apoyo, que con un tironcito, te soluciona el tema, pero no siempre ocurre eso, en ocasiones podemos ir solos, algo que aunque no es recomendable, todos lo hemos hecho en algún momento.
Los vehículos más preparados disponen de un winch, o cabrestante, normalmente eléctrico, con un cable que, en la mayoría de los casos, nos permite recuperar el vehículo sin demasiados problemas, pero si no disponemos de este elemento podemos recurrir a llevar un tráctel, o tirfor, como también se le conoce.
El tráctel a diferencia de su hermano de lujo, el winch, es manual, con un funcionamiento muy simple, ya que accionado una palanca, y con bastante esfuerzo por nuestra parte, todo sea dicho, podemos recuperar el vehículo lentamente.
Las ventajas, pues que es barato, se puede encontrar en cualquier comercio dedicado a la construcción, ya que se suelen utilizar para subir los andamios móviles, no depende de una toma de fuerza del vehículo, ni de la corriente eléctrica de éste, y no ocupa demasiado espacio.
En la fotografía que ilustra este post, Germán Flores, está intentando recuperar su Suzuki SJ 410 de un barrizal, mientras preparábamos una de las primeras actividades del Club Lince 4×4, la I Nocturna Montes de Málaga. Aunque no lo parezca, recuperar el coche nos costó un par de horas, y un buen dolor de brazos.