Seat Toledo
El Toledo se presentó por primera vez al público en el Salón del Automóvil de Barcelona en 1991. Después de la integración de SEAT en el Grupo Volkswagen, el Toledo fue el primer modelo en aplicar las nuevas tecnologías del grupo.
En 1992, SEAT fue uno de los principales patrocinadores de los Juegos Olímpicos de Barcelona y el Toledo se convirtió en uno de los grandes protagonistas de la cita olímpica en la Ciudad Condal.
Diseñado por Italdesign Giugiaro en Torino, el primer Toledo presentaba un concepto inédito en su época: una berlina de tres volúmenes perfectamente definidos con un amplio portón posterior.
El coche SEAT 10 millones, un Toledo, salió de la línea de producción de la fábrica de Martorell el 26 de noviembre de 1995 conducido por SAR el Príncipe Felipe de Borbón. Ese mismo año, la compañía presentó el primer Toledo equipado con motor turbo Diésel e inyección directa.
SEAT presentó la segunda generación del Toledo en el Salón de París en 1998. Una vez más, SEAT optó por un diseño de tres volúmenes pero con una tapa de maletero convencional. Con un volumen de 500 litros, el segundo Toledo también ofrecía una gran capacidad de carga.
Al igual que la anterior generación, el diseño recayó en gran medida en la inspiración de Giorgetto Giugiaro. Sin embargo, también poseía algunos rasgos de la marca creados por el equipo de diseño de SEAT.
Por lo general, las líneas del Toledo II eran más fluidas y suaves que la generación anterior, destacando el novedoso diseño de su frontal. La segunda generación del Toledo supuso un paso adelante respecto a su predecesor.
Cuando SEAT dejó de producir el Toledo II en 2004 ya se habían fabricado más de 860.000 unidades de las dos primeras generaciones. Entre 2004 y 2009, la compañía fabricó el Toledo III sobre la plataforma del SEAT Altea. Con una longitud de 4,46 metros y mayor altura, el Toledo III abandonó el tradicional concepto de berlina para convertirse en un monovolumen familiar de tres cuerpos. El maletero era capaz de albergar desde 500 hasta 1.400 litros y confirmó la reputación del Toledo como un vehículo amplio y funcional.