Opel en el mundo de la Competición
La historia de competición de Opel comienza con el coche de carreras Opel Racing Car de 1903. El veterano Londres – Brighton ya equipaba un diferencial Cardan en el eje trasero en los primeros días de competición automovilística. Sólo diez años después, el coche de carreras Grand Prix ofrecía elementos técnicos muy destacados como árbol de levas en cabeza con distribución vertical y cuatro válvulas por cilindro. Esa era la tecnología Opel desde 1913 – permitiendo ya entonces velocidades de hasta 170 km/h. Y sólo un año más de desarrollo transformó el Opel Grand Prix en un gigante del cubicaje con 12,3 litros, 260 CV y una velocidad máxima de 228 km/h. Esta velocidad era desconocida entonces y en aquel tiempo fue llamado el “Monstruo Verde” especialmente cuando se celebraban carreras en las playas con rectas interminables.
En contraste, el término clave en los rallies es “la curva”. Y el maestro del espectacular derrapaje es el Opel Ascona – especialmente con Walter Röhrl tras el volante. El piloto ganó el Campeonato de Europa con un Ascona A en 1974 (con Jochen Berger de copiloto) y el Campeonato del Mundo de Rallies en 1982 con un Ascona 400 y Christian Geistdöfer como copiloto.
Los años 1960 y 1970 fueron la época dorada de los preparadores, que preparaban coches deportivos de serie y los convertían en fabulosos coches de carreras. La estrella de esta época era el Opel Commodore A de Klaus Steinmetz, dos Opel GT de Virgilio Conrero, así como el Opel GT más potente de la historia con 280 CV del rey de los motores Ulrich Gerent.
Ya más recientemente Manuel Reuter ganó en Campeonato Internacional de Turismos (ITC) en 1996 a los mandos de un Calibra tracción total de la división 1. El ITC surgió del DTM (Campeonato Alemán de Turismos) y se convirtió en una competición global. El Opel Calibra V6 dominó a los competidores de Alfa Romeo y Mercedes que estaban equipados con tecnología de Fórmula 1.