Mazda2, el acceso a la gama por la puerta grande
El Mazda2 se puede considerar como la puerta de acceso a la gama Mazda, es decir, representa la opción más económica a la hora de decidirnos por uno de los productos que actualmente nos ofrece la marca japonesa, y, la verdad, cuando tienes la oportunidad de probarlo, te das cuenta de que poco tiene de “pequeño”, ya que en lo relativo a habitabilidad interior, y, sobre todo equipamiento, nada le envidia a berlinas de mayor tamaño.
En esta ocasión el Hotel Posada del Conde, entre las localidades malagueñas de Ardales y Campillos fue la zona escogida, y no es la primera vez que escojo esta zona para realizar la toma de contacto dinámica del vehículo. Este recorrido me permite realizar un completo test por autovía, zona de montaña y carreteras secundarias y locales, con el fin de tener una idea lo más aproximada posible de las prestaciones del vehículo probado.
Si nos centramos en el aspecto exterior, la parte trasera, aunque de aspecto moderno y desenfadado, pasa sin pena ni gloria, en cuanto nos fijamos en el impresionante frontal, que gracias a sus líneas angulosas y afiladas le confiere un aspecto hasta cierto punto “agresivo”, que incluso me recuerda, salvando las distancias lógicamente, y aunque las comparaciones son odiosas, a otros modelos de origen japonés como es el caso del Mitsubishi Lancer o el Mitsubishi Galant.
La línea de cintura alta, y el contraste entre los paragolpes integrados en el color de la carrocería, y el faldón o embellecedor inferior trasero en negro, terminan por conformar el aspecto, realmente atractivo y llamativo, de este vehículo. Por cierto, opcionalmente, el faldón negro trasero se puede pedir en color rojo, aumentando el aspecto deportivo del vehículo.
Una vez en el interior llama la atención la habitabilidad, a pesar de ser el “pequeño” de la familia, en ningún momento tenemos sensación de agobio, ni por el puesto de conducción ni por el espacio para copiloto o pasajeros, incluso el maletero ofrece una capacidad más que aceptable.
Lo primero que observamos en el puesto de conducción es el velocímetro, de grandes dimensiones presidiendo el salpicadero frente al conductor y con una visera sobredimensionada para quitarle reflejos inoportunos, las revoluciones, digitales, y los kilómetros recorridos, en el lado izquierdo, y en el derecho los datos relativos al nivel de combustible, temperatura y ordenador de a bordo, donde se muestran, entro otros, los datos relativos a consumo medio, instantáneo, kilómetros recorridos, autonomía restante, etc.
Por su parte, el volante presidido por el escudo de la Marca, acoge las funciones del control de velocidad, así como del teléfono por Bluetooth, la radio y el ordenador de a bordo. Detrás se encuentran los típicos mandos de accionamiento de las luces, antinieblas así como de los limpia parabrisas, tanto delantero como trasero.
En el centro del tablier se encuentra una pantalla multifunción, de fácil visibilidad y funcionamiento sencillo, comandada por un joystick, MZD Connect, situado en el puente central, junto al cambio y al freno de mano, que nos permite acceder a cinco funciones bien distintas: Comunicación, Entretenimiento, Sistema de Navegación, Aplicaciónes y Ajustes.
En el apartado de comunicación, el sistema MZD Connect permite realizar llamadas teléfonicas, a través de la función manos libres Bluetooth, recibir mensajes y responderlos, acceder al registro de llamadas o conectar con Facebook o Twitter.
Por su parte, en el apartado de entretenimiento, se accede a la radio, con CD, MP3, y entrada USB, auxiliar y Bluetooth, escuchar el contenido de un dispositivo como puede ser un iPod y acceder a las aplicaciones para escuchar la radio por internet, audiolibros, etc.
La tercera opción nos permite acceder al navegador, con mapas en 2D o 3D, la cuarta nos facilita el control de aplicaciones relativas, entre otras, al ahorro de combustible, próxima revisión o visualizar las alertas del vehículo.
Por último, la quinta opción es en la que se realiza el ajuste, tanto del audio, como del vehículo y demás opciones configurables.
En lo relativo a la mecánica la unidad probada disponía de un propulsor de 1.5 litros, gasolina, de 75 CV y con cambio manual, de bajo consumo, y bastante equilibrado, especialmente indicado para circular por ciudad y realizar desplazamientos por carretera “sin complejos”, con medias bastante aceptables, eso sí, a la hora de afrontar pendientes o subidas importantes, se queda algo corto, y es que los caballos, pues son los caballos, y poco más rendimiento se puede pedir a esta unidad.
Este propulsor es el más pequeño de los que dispone la gama, ya que el Mazda2 también está disponible con potencias de 90 y 115 CV, en gasolina, y 105 CV, en diésel, todos con una cilindrada de 1.5 litros, al menos en el momento de realizar la prueba.
En orden de marcha, y en zonas de montaña, sí hay que destacar el comportamiento, tanto del chasis como de las suspensiones, que trabajan de una forma muy acertada, para el tipo de vehículo del que estamos hablando, permitiendo llevar un ritmo alto en todo momento sin pérdidas de adherencia o comportamientos extraños.
En resumidas cuentas, y aunque el tiempo es el que da o quita la razón a cualquier vehículo, como punto de partida, nos encontramos ante un vehículo de acceso a la gama Mazda muy digno, con un alto nivel de equipamiento, buena habitabilidad interior, que nos permite, a pesar de ser la unidad probada la de menor potencia de la gama, realizar tanto desplazamientos urbanos, como extra urbanos con toda comodidad y sin complejos.