Mazda CX-5, un SUV para disfrutar con toda la familia
El Mazda CX-5 es actualmente la apuesta de la firma japonesa en el mundo SUV -Sport Utility Vehicle- y que viene a sustituir al CX-7, un vehículo que marcó un cambio de tendencia en Mazda al ofrecer por primera vez en su gama un todocamino de generosas dimensiones y que se caracterizaba por el rendimiento de su motor y por la habitabilidad interior.
El Mazda CX-5 hereda buena parte de estos atributos, y se presenta como un SUV con una gran amplitud interior, buen rendimiento mecánico y, dadas sus características, útil prácticamente para «casi todo», pudiendo ser utilizado como todocamino, para nuestras salidas al campo, por pistas y carriles claro, en ciudad, gracias a su posición de conducción elevada, y, por supuesto en carretera, donde se desenvuelve como «pez en el agua».
Este vehículo, que se convirtió en el primer SUV compacto de la marca japonesa, entró en línea de producción a finales de 2011, y desde entonces ya han salido de la línea de montaje más de un millón de unidades.
En 2015 Mazda sometía al CX-5 a un buen número de mejoras, tanto estéticas, con llantas, grupos ópticos y un frontal rediseñado, como encaminadas a mejorar el confort del automóvil con una nueva distribución del espacio en el habitáculo y más calidad en los materiales.
Por sus características, el Mazda CX-5 cuadra de lleno como vehículo familiar, y a la amplitud y luminosidad interior de la que venimos hablando hay que unir un más que aceptable maletero, con 503 litros de capacidad, que llegan hasta los 1.620 litros con los asientos traseros abatidos, algo muy de agradecer a la hora de realizar viajes, en especial con niños, que ya todos sabemos lo que ésto implica a la hora de preparar, y por supuesto llevar, el equipaje.
Aunque exteriormente engaña, ya que a primera vista no parece tan grande gracias a su aspecto compacto, una vez en el interior nos damos cuenta de sus verdaderas dimensiones, no hay que olvidar que se trata de un vehículo de cerca de cuatro metros y medio de largo, dos metros de ancho, y un peso cercano a los 1.500 kilos.
En lo referente a mecánica, el Mazda CX-5 destaca la gran cantidad de opciones que actualmente ofrece el fabricante, ya que podemos escoger entre motorizaciones gasolina o diésel, todos de cuatro cilindros, cambio manual o automático, de seis relaciones, y con tracción delantera 4×2, FWD, o a las cuatro ruedas, AWD, 4×4.
La versión de acceso a la gama es un 2.2 litros diésel de 150 CV, disponible con cambio manual o automático y con sistema de tracción 4×2 ó 4×4. Posiblemente ésta sea la opción más interesante dentro de la gama.
Este mismo propulsor también se encuentra disponible en una versión de 175 CV de potencia con cambio automático, y únicamente con tracción AWD.
Por su parte, en gasolina, tenemos un propulsor de 2.0 litros, con 160 CV, tracción AWD y cambio automático, o 165 CV, con tracción AWD y cambio manual, y el más potente de la gama, un 2.5 litros de 192 CV únicamente disponible con cambio automático y tracción AWD.
La unidad probada se mostró ágil en carretera, con un consumo más que razonable, y totalmente indicado para realizar todo tipo de viajes con toda comodidad.
En el apartado off-road no hay que olvidar que la unidad probada era tracción delantera -FWD- con suficiente altura para circular por pistas con bastante seguridad, aunque eso sí, nos sorprendió la facilidad con la que perdía tracción en cuanto se complicaban un poco las cosas, posiblemente por la poca especialización de los neumáticos y por el esquema de suspensiones, delantera tipo MacPherson y trasera multibrazo, más enfocada a un uso en asfalto que en conducción fuera de carretera.
El interior del vehículo es el esperado en un automóvil de estas características, con un acabado de calidad, mandos ergonómicamente situados y de fácil acceso.
Tres relojes de fácil lectura nos ofrecen toda la información necesaria, siendo el central, donde se encuentra el velocímetro, algo más grande. A la izquierda queda el de las revoluciones del motor, y a la derecha los datos relativos a temperatura, autonomía, ordenador de a bordo y nivel de combustible.
En el centro del salpicadero se encuentra la pantalla multimedia táctil de 7 pulgadas a la cual se accede mediante el mando HMI situado en la consola central. Para mejorar el acceso a este mando se ha sustituido la palanca del freno de mano por uno de estacionamiento eléctrico que se acciona mediante un botón.
Debajo de esta pantalla se encuentran las habituales rejillas de aireación, mandos de climatización, entradas USB y para la tarjeta del navegador.
En resumidas cuentas nos encontramos con la firme apuesta de Mazda en el segmento SUV, un vehículo para disfrutar con toda la familia gracia a su amplitud y comodidad, con muchas posibilidades en lo relativo a motorizaciones, cambio y sistema de tracción.
El Mazda CX-5 representa una nueva forma de entender el automóvil para la marca japonesa en lo relativo a ergonomía, habitabilidad y prestaciones.
Agradecer al departamento de prensa de Mazda España, así como al Concesionario Mazda en Málaga, Koni Motor, las facilidades dadas para la realización de este reportaje.