La potencia sin control no sirve de nada
Posiblemente la frase que mejor puede definir la importancia de un neumático en nuestro vehículo es la que utilizó Pirelli para una de las campañas publicitarias más conocidas en este sector, «la potencia sin control no sirve de nada», y hay que reconocer que acertaron de pleno, por muchos caballos que tenga nuestro vehículo, por mucha potencia que sea capaz de desarrollar, si no somos capaces de trasmitirla al suelo no servirá de nada.
La capacidad de nuestro vehículo para sortear un determinado obstáculo depende de muchos factores; el propio obstáculo, si es barro, nieve, arena, etc, la suspensión de nuestro automóvil, la inercia con la que lo ataquemos, la altura libre, o el desarrollo de la caja de cambio por citar algunos, pero sobre todo, dependerá de los neumáticos que equipemos en ese momento y de su mayor o menor especialización para circular por ese determinado terreno.
Normalmente los vehículos SUV o todocaminos montan de fábrica neumáticos diseñados para circular por carretera, que nos pueden permitir alguna pequeña incursión en campo, pero poco más. Estas ruedas suelen ser blandas y poco reforzadas en sus flancos, ya que mientras más duras sean, es decir, más capas de material o lonas tengan, más aptas serán para la circulación offroad, evitando cortes y pinchazos, pero al mismo tiempo peor será su rendimiento en asfalto, en especial en carretera. Por regla general los neumáticos de fábrica en el caso de los SUV son 90% asfalto 10 % campo, y en el caso de los todoterrenos puede llegar a un 80% asfalto 20% campo, pero no suelen llegar más lejos salvo casos muy excepcionales.
Si tenemos la intención de practicar algún tipo de conducción offroad, aunque no sea intensiva, no estaría mal que nos planteásemos el cambiar nuestros neumáticos de origen por unos más especializados, no sólo para mejorar la tracción de nuestro vehículo, lo cual no es poco, sino también para evitar los incómodos pinchazos o cortes producidos por piedras o ramas.