Jornada de pruebas de la gama deportiva de Renault en el Circuito Ascari
Renault, en colaboración con el concesionario para Málaga, Renault Tahermo, desplazó hasta nuestra ciudad un buen número de unidades de su gama deportiva para hacer una toma de contacto a la prensa especializada. El objetivo era desplazarse hasta el Circuito Ascari, donde cuatro Clio Sport R27, dos rojos, uno azul, y el precioso (y caro) amarillo racing, exclusivo de esta serie especial, conmemorativa de los campeonatos mundiales alcanzado por Renault en la F1 en 2005 y 2006, con su agresiva y seductora estampa de aletas ensanchadas, su altura rebajada (7 mm más bajo que el Clio Sport) y con su espectacular deflector trasero, nos mostraban sus encantos en un marco inmejorable como es el circuito de Ascari: una pista de 5.425 metros donde se recogen las mejores y mas famosas curvas de los circuitos mundiales.
Prueba dinámica por José Carlos Guisado:
Llegó la hora de la verdad, el R27 se descubre con unos preciosos y espectaculares backets, unos Recaro, que me recogen el cuerpo a la perfección, regulables en altura, en los cuales quedas perfectamente integrado aunque midas mas de 1.80. Pero al regular el volante… ¡sorpresa!, éste sólo tiene regulación en altura, y no en profundidad, un pequeño inconveniente, que no nos va a impedir disfrutar de una posición de conducción deportiva.
Introduzco la llave en el contacto (esperaba tarjeta y arranque por botón, mucho más racing) y toma vida el motor 2.0 de 200 CV, deleitándonos con un agradable sonido como avance de lo que está por venir.
Introduzco primera, y el motor sube con rabia hasta 8.000 rpm de marcador, unos 7.500 reales, donde una pequeña luz en el salpicadero nos invita a insertar las siguientes marchas, disfrutando del tacto del cambio, que sin llegar a ser tan preciso como el del Honda Civic Type R, es mucho mejor que el de Peugeot 206 RC. De esta forma llego a la primera curva, una curva a la izquierda, después de una rasante que hay a la salida de boxes, donde compruebo la eficacia de los frenos Brembo de cuatro pistones, que muestran un tacto esponjoso y un largo recorrido del pedal (achacable al trato recibido en el circuito durante todo el día), pero que me dejan preparado para encararla lo mejor posible.
Meto volante, y noto la dirección muy blanda, el coche entra por donde yo quiero, encarando rápidamente la segunda curva donde el Clio me demuestra un agarre altísimo, metiendo el morro con facilidad, e insinuando la saga en su justa medida.
El motor sube de vueltas con comodidad, y es muy fácil llegar al corte sin darte cuenta intentando estirar las marchas. En las siguientes curvas, una a derecha que enlaza con otra a izquierda peraltada, el Clio demuestra una velocidad de paso por curva altísima.
Inmediatamente después llegamos a un ángulo a izquierda de segunda, donde el coche se muestra algo subvirador, y a partir de ahí hasta el final comienza, para mi, la zona mas bonita e impresionante del circuito, una larga recta con curvas rápidas donde aparece la primera chicane, donde el vehículo se come los pianos sin inmutarse, vislumbrando las curvas que imitan a el Eau Rouge de Spa, con su cuesta arriba incluida, desembocando en una nueva curva, larguísima y muy peraltada, donde noto en mi cuello la tan famosa fuerza “g”, y doy gracias por estar sentados en esos magníficos backets.
En resumidas cuentas, tras rodar con los vehículos queda patente una sensación de control muy alta, todo parece que pasa a cámara lenta… el coche te avisa, te permite corregir con comodidad en todo momento. Pero esa alta sensación de control, la falta de comunicación de la dirección, la ausencia de vibraciones, y cierto retardo en el acelerador, logra un coche muy deportivo y muy seguro, estandarte de los GTI del siglo XXI, pero con una conexión entre el conductor y la carretera mucho menos directa y más artificial que sus predecesores del siglo pasado.Este es el peaje que están pagando los GTI de hoy en día, por conseguir una conducción mucho más segura y ser más respetuosos con el medio ambiente.