Escape Record Monza Abarth
En 1949 Abarth se trazó el rumbo de la preparación de automóviles basándose, como elemento principal, en los tubos de escape. Fueron pensados gracias a la intuición de Savonuzzi, por entonces colaborador de Carlo Abarth, que ideaba los escapes tomando como referencia los silenciadores de las pistolas.
Desde el punto de vista técnico, se trataba de escapes con tubo central a sección constante con circulación lateral a través de lana de vidrio sin diafragma para contener la contrapresión.
El producto se presentaba de manera elegante, pintado en negro mate y con las colas de escape cromadas. Por aquel entonces, apoyando a esta particularidad, se lanzó una singular campaña de marketing basada en un posicionamiento de producto alto gracias a la presentación de este en los escaparates de algunos comercios elegantes, y a la colaboración con conocidas casas automovilísticas.
El producto crece en notoriedad gracias a los éxitos obtenidos en las carreras y en diversos campeonatos de velocidad (Fiat Abarth 500 Record de 1958 o el Fiat Abarth 750 Record de 1960). De hecho, se pasó de vender 1.000 escapes en 1950, a cerca de 200.000 escapes vendidos en todo el mundo en 1971.
Actualmente los Record Monza se basan en una tecnología que se denomina Dual Mode. Ésta usa una válvula de dos vías con apertura mecánica insertada en el terminal de escape para optimizar y mejorar la curva de contrapresión. Los beneficios de este sistema son: Optimización de las curvas de par y potencia con una respuesta de motor más rápida a partir del medio régimen, correspondiendo con la entrada en funcionamiento de la válvula. Se obtiene un incremento medio de 5 CV y de 1,5 kg·m de par a partir de 2.000 r.p.m. y hasta las 5.000, sonido del escape con un carácter mucho más deportivo y diseño, ya que los escapes están completamente pintados en negro mate, resaltando el gran escorpión plateado Abarth en relieve. Las colas de escape tienen el corte característico de aquéllas del pasado con un acabado cromado.