Con la presentación del Q30 comienza una nueva era para la marca Infiniti
El pirineo leridano, y mas concretamente la estación de Baqueira/Beret, ha servido como marco ideal para la presentación oficial a lo medios de comunicación especializados en el motor del nuevo Infiniti Q30, y posiblemente lo más importante no ha sido la presentación de este nuevo automóvil en sí, que no es poco, sino todo lo que este nuevo lanzamiento implica para la marca japonesa.
Si hacemos un poco de historia, Infiniti nace en Japón hace 25 años como la marca de lujo de Nissan, con el fin de poder «plantar cara» a Lexus, la marca de lujo de Toyota, y a las grandes marcas premium alemanas: Mercedes, BMW y Audi.
La respuesta en el mercado americano fue rápida y el número de unidades vendidas en este país aumentó considerablemente.
En el año 2008 Infiniti daba el salto al mercado europeo, entre ellos al español, eso sí, con un producto que en ese momento era desconocido y muy al gusto americano, tanto en el apartado estético, como en el de las soluciones mecánicas; propulsores y cajas de cambio.
Con la posterior incorporación a la gama del Q50 con motorización diésel, Infiniti se acercaba al mercado europeo, aunque el vehículo continuaba siendo visto todavía como una berlina exclusiva y de gama alta para un público muy minoritario.
Pero con la aparición del nuevo Q30 la marca quiere dar un giro radical y pretende dejar ese rol de marca de lujo y minoritaria y entrar de lleno en el segmento de los vehículos premium, ofreciendo de esta manera una alternativa a los fabricantes alemanes que actualmente copan el segmento. Para que nos hagamos una idea los planes de Infiniti son triplicar las ventas en España, pasando de las cerca de 500 unidades vendidas el año pasado, a las 1.500, y apoyándose para ello en la red de concesionarios existentes, un total de 17 repartidos en todo el territorio nacional.
Para ello lanzan al mercado un vehículo que se sitúa de lleno en el segmento C, con un amplio abanico de opciones: dos motorizaciones diésel, de 1.5 y 2.2 litros, de 109 y 170 CV respectivamente, una de gasolina, de 1,6 litros, cambio manual o automático, y tracción delantera, FWD, o a las cuatro ruedas, AWD.
El objetivo es ofrecer un automóvil con el aire de lujo que caracteriza a Infiniti, un gran acabado, tanto interior como exterior, elevadas cotas de seguridad, propulsores económicos, y un precio bastante ajustado para un automóvil de estas características, estando disponible desde los 23.900 euros en una agresiva oferta de lanzamiento.